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martes, 5 de abril de 2011

Tras Libia, Francia se mete en Costa de Marfil



Además de bombardear Libia, Francia ahora dejo caer sus bombas en Costa de Marfil. Respaldados por la ONU, atacaron los bastiones del presidente saliendo, Laurent Gbagbo. Hundido en una crisis política desde las elecciones del 28 de noviembre pasado, el país es ahora preso de una guerra civil. Las fuerzas del presidente electo Alassane Ouattara avanzan sobre Gbagbo.


Hace una semana que las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI) partidarios del presidente electo en noviembre pasado, Alassane Ouattara, empezaron una ofensiva sobre las tropas de Laurent Gbagbo.
Desde el 28 de marzo el primer ministro y ministro de defensa de Ouattara, Guillaume Soro, lidera la ofensiva: Sus tropas están en Abiyán, capital económica del país. Si los hombres de Ouattara tomaron el puerto de San Pedro, el primer puerto mundial exportador de cacao;  la RTI (televisión nacional), el palacio y la residencia presidenciales, símbolos del poder marfileño, están  todavía a manos de los partidarios de Gbagbo.
Todo quedaba como un conflicto interno hasta que a las tres de la tarde (hora local) de este lunes, helicópteros francés y de la misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), bombardearon las bases militares de Agban y Akouédo, y el palacio y la residencia de Gbagbo.


UNA CRISIS POLITICA ARRAIGADA
El 28 de noviembre de 2010 Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, los dos candidatos a la presidencia, se enfrentaron en un voto. Desde esta fecha, la batalla de los votos se transformó en una guerra civil.
Según la Comisión Electoral Independiente (CEI) Ouattara habría obtenido el 54,1% de los votos válidamente emitidos y así ganó los comicios. La ONU (Organización de las Naciones Unidas) también le reconoce como presidente electo, sin embargo Gbagbo se niega reconocerle y lucha para seguir dirigiendo Costa de Marfil.
Jean Arsène Yao, marfileño de 41 años doctor en Historia y profesor de la Universidad de Abiyán explicó a El País las raíces de esta crisis política que trastorna el país.
Ya en 1993, tras la muerte de Félix Houphouët-Boigny, primer presidente electo, candidatos a la presidencia se disputaron su sucesión. Entre ellos, el presidente del Parlamento, Henri Konan Bédié (el sucesor según la Constitución) y el primer ministro, Alassane Ouattara.
“Gana Bédié y un año después, inspirado por un grupo de intelectuales marfileños, crea el concepto de ivoirité (marfileñidad), que fue desvirtuándose para convertirse en arma arrojadiza contra parte de la población, principalmente los del norte (malinké y senufo), zona de origen de Ouattara. En esta región Ouattara obtuvo entre el 70% y el 90% de los votos”-  explicó el profesor.
Rebelión indica que se aprobó una ley electoral exigiendo que los padres del candidato presidencial hubieran nacido en Costa de Marfil, “una pretensión que dejaba fuera al candidato del norte, Alassane Outtara, representante de la mayoría musulmana de esta región del país, habitada por inmigrantes pobres procedentes de Mali y Burkina Faso”.
Las últimas elecciones de noviembre no lograron erradicar estas disputas políticas, sino que las reavivaron.


LA REACCION COMUNIDAD INTERNACIONAL
La guerra civil marfileña, acallada en la mayoría de los medios de comunicación por los eventos libios, despertó recientemente los intereses de la comunidad internacional.
La Unión Africana pidió al presidente saliendo trasladar el poder a su rival Ouattara, “para abreviar los sufrimientos de los marfileños” según el jefe de la comisión Jean Ping.
La Unión Europea ha impuesto sanciones sobre el gobierno saliente, las que incluían la congelación de bienes y limitaciones comerciales, mientras Francia envió tropas para auxiliar a sus miles de expatriados presentes en el país.
La “fuerza Unicornio” francesa cuenta con unos 1650 hombres quienes actúan en cooperación con la ONUCI (Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil): Helicópteros francés y de la ONUCI bombardearon puntos estratégicos en el país.
Según Gbagbo, las tropas francesas son un “ejército de ocupación” y son culpables de la  guerra civil. El representante del presidente saliente dijo que “queremos despertar el interés de la opinión francesa e internacional sobre las artimañas del Estado francés que será responsable, culpable de la guerra civil”.
Los intereses económicos de los francés presenten en el país pueden explicar tal reacción. Según el profesor Yao,  “Quien controla el cacao controla la guerra, la política y la economía, de ahí el interés de las fuerzas de Ouattara de tomar el puerto de San Pedro, desde donde se exporta el cacao. […] También están los intereses de las multinacionales. Costa de Marfil es un importante mercado que siempre controló Francia. Con la llegada de Gbagbo las cosas empezaron a cambiar. China, Rusia, Sudáfrica y Brasil han ganado mercado y restado poder a Francia, que ve en Ouattara a quien podría defender sus intereses”.

SITUACION HUMANITARIA CRÍTICA
Por debajo de los intereses económicos, la situación humanitaria del país se hace cada días más preocupante.
La Cruz Roja denuncia las matanzas de civiles en Duékoué el 29 de marzo pasado.  Las fuerzas de Ouattara serían los responsables de estas matanzas de más de 800 civiles.
Tal información deslegitimiza y debilita la posición del presidente electo. En el diario francés L’humanité, Patrick N’Gouan, coordinador de la Convención de la Sociedad Civil marfileña  indica que “no queremos que un presidente electo de manera democrática logre finalmente el poder con los armas”.
Rebelion.org indica que desde las elecciones de noviembre 2010, hubo al menos 700 mil   desplazados. Mientras los residentes aún presenten en el país están encerados en su casa, les falta agua potable, tienen miedo a los tiroteos esporádicos y a los saqueos.
Además, las agencias humanitarias no pueden intervenir por la situación de extrema violencia: Marc Salvail, coordinador de las actividades de urgencia de UNICEF, está bloqueado dentro de un local de la organización en Abiyán.
Un diplomático presente en el país reveló a L’Humanité que “aunque Laurent Gbagbo deje el poder, una resistencia se organizaría. El riesgo es salir de una crisis para entrar en otra. El gran ganador al final no será Ouattara ni Gbagbo sino los militares de Soro”. Y los grandes perdedores de siempre: La población.



Mélissa Quillier

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